lunes, 23 de agosto de 2010

Garabatos


Cogió un lápiz y dibujó una casa con su cocina, su salón, sus habitaciones, su baño. No se olvidó de sus habitantes, allí, en el salón, estaban un papá, una mamá y un niño que parecía que estaban jugando. A la casa no le faltó tampoco una puerta y sus ventanas. Mientras dibujaba, debajo de aquel puente, una lágrima le recorrió la mejilla y cayó en la ventana. Afuera de la casa llovía.

5 comentarios:

  1. Ufff, se parece al cuento de la vendedora de fósforos... el dibujo es precioso!!!

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  2. Una lágrima... Nostalgia de un hogar verdadero. Todos necesitamos una casa en la que alguien nos de espacio y cariño.

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  3. Alucinante, Su. ¡Cuántas cosas metidas en tan poco espacio! Es como abrir un reloj y verlo lleno de ruedecitas. Dolor, ternura, fantasía, esperanza, nostalgia... Todas estas palabras rebotan en mi corazón al leer tu micro. Gracias por escribirlo y por darlo a conocer.
    Un fuerte abrazo,
    PABLO GONZ

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  4. Gracias a todos-as, sí, muchas emociones que se transmiten sin palabras.

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