miércoles, 11 de agosto de 2010

Reflejos

De pie frente al espejo intentaba descubrir algo que no veía, a sí misma. Acariciaba su pelo con las manos, se tocaba las mejillas, pero aquel espejo no le devolvía lo que ella esperaba. Cuando centra su atención en lo que hay tras de sí, allí se encuentra, sentada en el viejo sofá de la abuela, con los brazos abiertos esperando darle un abrazo, con el rostro reflejando la paz que nunca había encontrado. Había llegado su hora…

2 comentarios:

  1. El mundo es una interminable autopista
    de lámparas amarillas.
    El amor yace ovillado en un rincón.
    La noche se adhiere a mis ojos
    como una medusa y los borra.
    Deambulo a mis anchas
    por un latifundio de sombras
    sin precisar que soy,
    suelto en la intemperie del desamor,
    mío y ajeno,
    intermitentemente libre
    bajo la burla
    de quien le pone aldabas a mi pensamiento
    y mastica mi corazón.

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