Inspiraciones de Aprendiz


Me encantaría que dejaras tu huella en este espacio. En ocasiones, cuando leemos algo nuestras musas se inspiran. Si paseando por aquí, notas que las tuyas revolotean, no dudes en hacérmelo llegar. Este rincón es para tí.


Tic...

La encontró confusa entre el tumulto, abrazada a sí misma, con cierta cara de espanto y pavorida. Se acercó despacio a ella…

-Hola, Puck.

-Kum*!!!... ¿Qué haces tú aquí? ¿Qué está pasando? ¿Por qué gritan todos?

-¿Aún no te has dado cuenta?... al final lo has conseguido, has parado el tiempo.

-¿Qué? ¿Yo? Pero, ¿cómo?,… yo no…

-Verás… poco a poco fuiste creando la posibilidad. Lo fuiste haciendo posible con tus cuentos, tus ideas, con tu imaginación y tu fantasía. La posibilidad fue haciéndose cada vez más verosímil. Ahora, lo has hecho. Le pusiste un palito en los dientes a la ruedita del Reloj del Tiempo. Se ha detenido.

-No puedo creerlo…

-Mira a tu alrededor, Puck.

-Pero Kum*, cómo sabes tú todo eso…

-Ellos me llamaron. Hay que arreglar esto… y no pueden intervenir.

-¿Ellos?

-Los Hacedores del Tiempo. Generan el sustrato, la esencia, la textura del tiempo. Su latido. Hacen el tiempo.

-¿Ellos… son Dios?

-No. Ellos se dedican exclusivamente a la cosa temporal. Dios es otra cosa. Dios es, simplemente, una elección. Pero eso te lo cuento en otro relato, ¿sí?, tenemos un trabajo que hacer.

-Pero, espera… ¿Qué le pasa a la gente? ¿Por qué gritan?

-Están asustados, Puck. No entienden qué pasa. Ya te lo dije. Al pararse el tiempo sólo el tiempo se para. Lo demás sigue igual. Siguen pasando las cosas, pero pasan todas a la vez, y eso no hay estómago que lo soporte ni mente que lo digiera. Verás… si van a hacer algo, ya lo han hecho antes de empezar… o mientras lo hacen. Si dicen algo, terminan de decirlo en el mismo instante en que empiezan, es decir, mientras lo están diciendo. Si van a algún sitio ya están allí y han vuelto. Todo a la vez. No hay principios ni finales, o sí, pero son simultáneos. No hay instantes… o hay únicamente un instante. Siempre el mismo, siempre igual. Lo contiene todo. Todo a la vez. Eso les pasa. No se puede entender una simultaneidad tan absoluta.

-Y… ¿qué hacemos?

-Yo no puedo hacer nada. Tú paraste el tiempo. Sólo tú puedes echarlo a andar.

-Pero… ¿cómo?

-Sólo deseándolo, Puck, igual que lo detuviste.

-No puedo, no sé cómo hacerlo. Ahora no.

-¿Ahora? ¡Jajajajajaja…! Ya sólo va a haber este “ahora” hasta que arreglemos esto.

-No puedo, Kum*. Tengo miedo.

-Tranquila, relájate. Respira.

-No puedo.

-Ven, abrázame. Así… tranquila, respira…

Mientras, y cuando digo mientras quiero decir también, ocurrieron muchas cosas. Todas las cosas. Todas a la vez:

Aprovechando que no había tiempo, Bicefa les concedió unas vacaciones indefinidas a Pena y a Alegría, que dieron tres vueltas al mundo. Una en globo, otra en bicicleta y otra a pie. Conocieron a fondo la naturaleza del ser humano y llegaron a tres conclusiones infinitamente sabias y acertadas. Nunca se las dijeron a nadie. Su viaje duró, exactamente, cero segundos.

Torcuato ni siquiera se dio cuenta del parón temporal. Le pilló como a Dios, creando. Un microrrelato. Lo terminó cuando lo empezaba.

Anita Dinamita, incansable y en pijama, aprovechó la ocasión para adelantar trabajo. Arregló el mundo de seis formas diferentes y quedó todo exactamente como al principio. O viceversa. Ana no se inmutó, llevaba un final cañón escondido en la manga…

A Su se le fue la pinza y tuvo una serie de dulces sueños que enseñaron al mundo el verdadero significado de la palabra “coraje”.

Malena aprovechó para sacarse los calcetines y, al fin descalza, perder un rato el tiempo. Luego, sin más, dijo algo sublime. Nadie la escuchó, estaban gritando.

Maite encendió tres velas y dijo “Todas las palabras. ¡Todas!”. Tampoco la escuchó nadie.

Belén cerró sus ojos grandes y escribió un nanorelato de cero palabras. Consiguió, sin decir nada, contarlo todo. Mientras (y cuando digo mientras quiero decir también…) Zoë hizo añicos un piano armada sólo de su violín.

Lila, cabalgando en las curvas de una palabra, fue directa a la entrepierna.

Pedro achinó los ojos, dijo “¡Ahora!”, y siguió meditando.

Patricia fue Dragón y asoló dos ciudades. También fue la flor que alguien regaló a una niña.

Ángeles encontró la ocasión para escribir su novela. Una novela soberbia, sublime, ferpecta. Con una sonrisa en la boca y un amigo en el recuerdo, la quemó. Jamás volvió a tener jaquecas.

Agus se asomó y dijo “¡joder, esto parece Winnappu en carnavales!”. Su vaca se tiró un pedo y él siguió tranquilamente mirándole el culo a la Luna.

Dany, subido a su muro de matar asesinos empezó a robar ladrones.

María Coca creó un universo de mares habitado sólo por amantes y palabras.

Pablo Gonz se sentó a observar y a tomar notas. Después (y cuando digo después quiero decir también) dijo “¡Excelente!”.

Laura terminó un cojín en forma de reloj con tetas, hizo un millón de fotos y, sin palabras, las colgó todas en su blog.

Pablo se puso a componer deliciosas arepas mientras embuzonaba canciones y cantaba cartas de amor y alguna que otra factura de la luz.

Su olvidó su merienda, pero nadie la olvidó a ella...

Chula sonrió iluminando una estancia y, de un bocado, se comió las palabras “amor” y “odio”. Las digirió juntas y a la vez.

Juanita le rezó a su Dios.

Mon soltó una lagrimita de alegría.

Oma, contundente, dio su opinión al respecto donde nadie pudiera oírla.

PazzaP llegó diciendo "adios",... se fue diciendo "hola". Era un espejo.

Miriam no estaba ni dejó recado.

Puck, por fin... respiró tranquila.

Pasaron muchas más cosas. Todas las cosas. Todas a la vez. Luego, y cuando digo luego quiero decir también…, luego digo, el abrazó terminó, el tiempo echó a andar de nuevo y todo fue como siempre,… como ahora.

…Tac!

Kum*


 


La m con la a "ma", la m con la e "me"... desde que aprendí a leer no he dejado de hacerlo y tras conocer la gramática pensé que también sabía escribir. Con el tiempo me di cuenta de que a mis textos les faltaba algo, esas palabras que no surgen de la cabeza sino del corazón. Me lancé a buscarlas y las encontré con Su junto al aprendiz de palabras.

Me abrió las puertas de su casa de par en par, me recibió con un beso, Mmmmuack, y me salvo del frío que provocan los textos escritos solo desde el entendimiento. Cuando estuve lista me lanzó una proposición: disfruta del ahora y escribe solo trasparencias. Así comenzó mi relación con el Aprendiz. Antes de llegar al fin, conocerán la historia jamás contada, pero no se fíen de las buenas formas de Su y de su gran corazón, porque a veces no le salen las cuentas y siente un gran plaser dejándote en manos de los fantasmas.

Aprendiz de palabras

…Fin
Esa fue la última palabra que escuchó cuando quedó a oscuras entre las tapas del viejo libro.

La historia jamás contada
“                      ”

Corazón
El corazón, cansado de aquel cuerpo que no le dejaba palpitar como quería, saltó por su boca.
Al fin era libre para poder sentir lo que le diera en gana.

1+1=1
Quisieron convertirse en uno, y pronto, el otro comenzó a sobrar.

Pla(s!)er
Las tenía a todas revoloteando a su alrededor. Sabían que no eran las únicas, pero tenía la maestría de hacerlas sentir especiales. Con su mirada, su voz, sus movimientos... cada una de ellas se sentía la más valorada del mundo.
Él, por su parte, no sabía como quitárselas de encima, las miraba fijamente, lanzaba el grito de guerra y… ¡zas! Bendito matamoscas.

Fantasmas
Pides que te acerque al trabajo, que te acompañe a dar un paseo o a tomarte un cortado, que te aconseje sobre una decisión o que te alcance la toalla si te estás duchando, pero jamás me pides un beso cuando te apetece, un abrazo cuando lo quieres o que te escuche cuando lo necesitas…
Es una pena, tus fantasmas hacen que te pierdas lo mejor de la vida… O espabilas o tú misma te vuelves una de ellos.



Nunca entendí por qué todos se empeñaban en llamarlo pobreza, era simplemente sencillez... ¿Cuántas cosas hacen falta para vivir? Para ser, estar, pasar este rato que nos toca por este mundo. Ellos sí lo sabían y con una naturalidad pasmosa disfrutaban de lo importante.




Para Su

A ella le gustaba la montaña y yo me enamoré de su mar. Le cambié un muñeco de nieve por un par de olas. Bajo su palmera sólo quedan una zanahoria y dos botones que fueron ojos. El agua salada se congeló frente a mi puerta y todavía tengo el trasero dolorido por el golpe.

Puck


Aniversario


La aprendiz de palabras entró con media sonrisa —algo se esperaba— y disimulando entristeció el rostro. En la mesa central, una tarta con dos velas encendidas le esperaba. Aún en soledad, quiso sorprender a los asistentes ocultos y sopló las velas provocando una lluvia de palabras que mojaron a todos los invitados. En el suelo, el chaparrón de vocablos dejó la siguiente frase: “¡Felicidades, escritora, no dejes nunca de crear historias!”

Nicolás Jarque
 
 
Las princesas no saben croar


El primer día de colegio mamá rana explicó a su renacuajo la importancia de estudiar.

- Cuando te bese una princesa y te conviertas en príncipe querrás hablar con ella y para eso tienes que aprender su idioma porque las princesas no saben croar -

El renacuajo se convirtió así en aprendiz de palabras y con ellas comenzó a contar historias. El primero de ellos decía así:

- Erase una vez un colegio de princesas...

Puck






5 comentarios:

  1. En algunas ocasiones me he hecho la pregunta la motivación de llevarme a escribir.

    En una entrevista, a un afamado escritor le preguntaron…” ¿Por qué escribe? E iracundo respondió -Por que me da la gana-“

    Yo escribo para descubrir, contar, sentir, vivir lo que en esta vida sólo me es dado al inventar o descubrir un universo que forjo poco a poco con mi imaginación. Un mundo interior que emerge en cada letra, en cada palabra. Escribo a golpes de teclado, dejando mis sentires con la esperanza de que alguien en algún lado me lea.

    Incansable lectora desde los diez años, un buen día decidí pasarme al otro lado: el de escritora.

    El vecino curioso del quinto me preguntó ¿y escribir da para vivir? No, yo vivo para escribir, le respondí tajante.

    Termino con dos citas:


    “Oscar Wilde: «Me pasé toda la mañana corrigiendo las pruebas de uno de mis poemas, y quité una coma. Por la tarde, volví a ponerla.»

    Marguerite Duras: «Escribir es intentar saber qué escribiríamos si escribiésemos.»

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  2. Muchas gracias por pasarte, por compartir tu experiencia.

    Me quedo con esta frase: Yo escribo para descubrir, contar, sentir, vivir lo que en esta vida sólo me es dado al inventar o descubrir un universo que forjo poco a poco con mi imaginación.

    Un beso

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  3. La cita de Marguerite es genial. Yo creo que escribo para contarme cómo veo el mundo. Y, claro, por vanidad :)

    Besos en la hoguera.

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  4. Y escribo, sobre todo, porque las musas no se callan, y uno no puede por menos de intentar plasmar esas historias, esos mundos... esas payasadas. Si tuviera que inventar yo las historias no escribiría. Entonces vale decir que escribo porque las musas son unas chismosas.

    Será...

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  5. Que no se callen nunca Kum*, que gracias a ellas hemos compartido experiencias muy lindas.

    Será...

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