Hacía ya tiempo que se estaba dando cuenta de que no quería vivir como le habían enseñado, como lo hacían casi todas las personas que le rodeaban. Sus energías, de esa manera, se agotaban.
Buscó y rebuscó miles de recetas, mezclas, pócimas hasta que encontró lo que buscaba, pero no fuera, sino dentro de sí.
Desde entonces, cuando el cielo está gris encuentra el rayito de sol que se cuela entre las nubes, si el mundo parece que se le viene encima hace de él una bola de malabares, y cuando se tropieza con una amarga experiencia la remueve hasta encontrarle algo de dulzor.
A Anita Dinamita, ¡Feliz cumpleaños!