Pides que te acerque al trabajo, que te acompañe a dar un paseo o a tomarte un cortado, que te aconseje sobre una decisión o que te alcance la toalla si te estás duchando, pero jamás me pides un beso cuando te apetece, un abrazo cuando lo quieres o que te escuche cuando lo necesitas…
Es una pena, tus fantasmas hacen que te pierdas lo mejor de la vida… O espabilas o tú misma te vuelves una de ellos.
Me he visto identificada en este texto, por eso me he lanzado a comentarte. Yo lo hago. Pido cosas insignificantes sólo por tener a "la persona" cerca, y las cosas que realmente necesito no tengo valor a pedirlas...
ResponderEliminarEn fin... boba
Te dejo un saludo en esta visita.
Cita
No sé porqué hay personas que se ven con más obligaciones que derechos, que huyen del fantástico derecho a reclamar cariño, a ser amadas. Un abrazo.
ResponderEliminarLo importante no nos deja ver lo esencial.
ResponderEliminarUn abrazo
Yo también. Me encanta cómo pones palabras a esas cosas que están ahí pero que a veces no vemos
ResponderEliminarSaludillos
Me encantó.
ResponderEliminarAbrazar los fantasmas y danzar con ellos, un modo de hacerse más fuerte. Vivir es aceptar la parte que llevamos de muerte en el alma.
ResponderEliminarGracias por pasarse.
ResponderEliminarMuchas veces o damos por supuestas algunas cosas que si no las decimos hace que perdamos muchas oportunidades, o por miedo a abrir nuestro corazón también las perdemos. Así que...
Abrazos
A lo mejor esas cosas no se deberían pedir. A lo sumo se piden al tiempo que se dan.
ResponderEliminarUn beso.