domingo, 29 de abril de 2012

99 palabras




Era un tipo raro, quizás eso fue lo que llamó mi atención. La excentricidad que más me costó superar fue la de decir todo en noventa y nueve palabras, y de atender sólo cuando hacías lo mismo sin errar a la primera. Si no llegabas a ellas, decía no hacerlo porque no te explicabas lo suficiente, si te pasabas, porque los árboles no te dejaban ver el sol. La razón me enseñó a convivir con ello, pero el corazón me traicionó el día en que con noventa y nueve palabras se me declaró y yo sólo supe decir ¡SÍ!    

Con este microrrelato participé en el I Concurso En 99 palabras.
Y se lo dedico con mucho cariño a su organizador Miguel Molina.

martes, 24 de abril de 2012

Querer es…



El Hombre cree que puede tener lo que quiera cuando quiera. Así ha sido siempre a lo largo de su vida, por ello vive con la confianza asegurada. Bastaba un levantamiento de ceja o una sonrisa a medias para poder hacer sus deseos realidad. Nunca obtuvo rechazo de una mujer. Siempre volvía a su casa con el sabor en su boca del éxito conseguido.
El Hombre creyó que podía tener lo que quería cuando quería hasta hoy. Hoy levantó la ceja y  esbozó su media sonrisa cautivadora, pero el sabor amargo invadió su boca. Algo falló. Esta vez regresó a casa conociendo el fracaso. Su confianza tambaleó. Cuando La Mujer dijo “¡ya está bien!” El Hombre aprendió que no siempre querer es tener.

lunes, 23 de abril de 2012

Iluminando la noche



En la noche más negra, cuando las sombras dejaron de existir, tuve miedo. Cogí la pintura más brillante que encontré y con mi pincel comencé a decorar el cielo. Una gran luna llena iluminó la oscuridad y miles de estrellas absorbieron mi tiempo. Cuando el orgullo por la obra realizada había hecho desaparecer el miedo, el sol, de un plumazo, las borró todas. 

Microrrelato participante en la VIII Quincena 2012 del 
Concurso Minificciones en Cadena Triple C

martes, 17 de abril de 2012

Resistencia


Ilustración de Maco


Comienzas a despertar después de una noche de sueños locos. Tus oídos son los primeros que toman contacto con la realidad, el tic-tac del reloj, el taconeo de la vecina de arriba, el silencio mezclado entre los diferentes sonidos. En la cara notas el tacto suave de la almohada. Tu cuerpo acurrucado desprende el calor que le han regalado las sábanas, está encajado en la huella del colchón. No quieres abandonar esa sensación, te sientes segura y no quieres adentrarte en el mundo frío y ruidoso de ahí fuera. 
Tus pensamientos comienzan a desperezarse, hay cosas que hacer, pero saben que van a tener que luchar con un cuerpo que se resiste. Envían señales a tus brazos y piernas para que se estiren, se muevan, pero no responden, pesan demasiado. Tampoco consiguen la fuerza suficiente para mover la cabeza y abrir los ojos.      
Indignados, consiguen desprenderse de un cuerpo inerte. Ahora sí se sienten ligeros. Se desplazan de un lado para otro a toda velocidad, vuelan, flotan en el aire sin poder tocar tierra por mucho que lo intenten.
Y el miedo se hace presente en ellos, se bloquean y caen de un golpe sobre el cuerpo que habían abandonado. La tranquilidad vuelve a predominar, sienten la seguridad de un entorno conocido.
Abres los ojos. Bajo las sábanas extiendes lo más fuerte que puedes tus brazos y con un pie tocas el suelo. Ahora sí que empieza un nuevo día.  

viernes, 13 de abril de 2012

Y el mundo gira

Hoy  el capítulo 28 del proyecto de Micronovela Ilustrada de Cienmanos cuenta con una nueva ilustración. Todo mi agradecimiento a Juanlu, que ha ilustrado mis palabras en el último momento a la espera de la ilustración definitiva y a Joaquín Aragón, que ha aportado otra visión de la historia con su estupenda ilustración.   

Ilustración de Juanlu

Ilustración de Joaquín Aragón


La cara de Paula se transfiguró cuando la flor se deshizo contra el suelo. Cayó de rodillas; ya no sabía si su vida era realidad o un sueño. Hacía unos segundos que había roto toda barrera de tiempo y espacio, y ahora… ahora nada.
Lágrimas de cristal brotaron de sus ojos sin control, precipitándose de sus mejillas al vacío.
Un silencio ensordecedor inundó el laboratorio y allí, en una esquina de aquel lugar destartalado, encogió su cuerpo como un ovillo. Tenía miedo, quería desaparecer.
De pronto el mundo detuvo su movimiento.
***
El libro entreabierto en el suelo no pudo desprenderse de las miradas horrorizadas del viejo y los calvos.
***
La coartada de Carmen, esposada en el asiento trasero del coche de policía, permaneció en el aire, sin más argumentos, a trescientos metros de comisaría.
***
Hank y sus certezas quedaron atrapados en aquel callejón sin salida.
***
Paula continuaba enmarañada en su cuerpo cuando dejó de llorar. Todo estaba en silencio. Levantó la mirada y se tropezó con la mano tendida de Sebastián. Sin pensarlo, la cogió fuertemente y se abalanzó en sus brazos. A su alrededor todo parecía una fotografía: Melquíades y Víctor Tim permanecían estáticos con la misma cara de horror que cuando cayó la flor. Fuera, al otro lado de la ventana, las palomas quedaron suspendidas en el aire, y en la calle las personas se habían convertido en frías estatuas.
La confusión se tornaba tranquila con la presencia de Sebastián. Él le transmitía la seguridad que había perdido momentos antes. No sabía cómo acabaría todo, pero por una extraña razón, en ese instante no le importaba. Mantuvieron el abrazo durante un tiempo indefinido. Jamás supieron cuánto estuvo el planeta sin girar.
Sus pechos permanecieron en contacto y empezaron a palpitar al ritmo de sus corazones. Los ojos aún vidriosos de Paula se posaron sobre la mirada serena de Sebastián, que acercó sus labios lentamente y pudo sentir el rastro salado que habían dejado las lágrimas en su cara. Pronto se dejaron llevar, y de los besos pasaron a las caricias, y de las caricias a hacer el amor fundiendo sus cuerpos. Todo a su alrededor dejó de existir.
Fue entonces, cuando ambos sintieron que algo dentro de ellos estaba a punto de estallar, que sus mundos, cada uno en un espacio y momento diferentes, volvían a girar. 

jueves, 12 de abril de 2012

Un ser extraño

Ilustración de Trish Weill


No pienso leer más la prensa, ver los telediarios o escuchar los noticieros de la radio. No pienso hablar de lo mal que está el mundo y exigirle que cambie. Cada noticia, cada expectativa frustrada me consume poco a poco.
Dentro de unos años, cuando sea el único ser que queda en la tierra con un poco de ilusión, esperanza y de amor que dar, dirán que no gozo de capacidades psicológicas normales.

Inspirado en una historia real

martes, 10 de abril de 2012

Última carrera


Me levanto a toda prisa. Maldigo al despertador por haberse apagado cuando apreté el botón entre sueños, ya me retraso cerca de media hora. Ducha rápida, bajo corriendo las escaleras mientras me acabo de vestir. Arranco el coche y salgo chirriando ruedas, la abuelita que todas las mañanas me sonríe haciendo el deporte del día esta vez me mira asustada. Cruzo la ciudad como si estuviera haciendo el Mundial de Fórmula 1. Llego a mi destino y me quedo paralizado, con las manos sujetas al volante tan fuerte que me es imposible salir. Respiro profundo, mi mirada se pierde en un mar de lágrimas. Allí, frente a la empresa en la que he invertido quince años de mi vida, me doy cuenta de que es mi última llegada a esa meta. 

sábado, 7 de abril de 2012

Pesadilla

Fueron ellos los que te devolvieron a la realidad. 
Desde entonces, no crees en los sueños.