Ilustración de Maco |
Comienzas a despertar después de una noche de sueños locos. Tus oídos son los primeros que toman contacto con la realidad, el tic-tac del reloj, el taconeo de la vecina de arriba, el silencio mezclado entre los diferentes sonidos. En la cara notas el tacto suave de la almohada. Tu cuerpo acurrucado desprende el calor que le han regalado las sábanas, está encajado en la huella del colchón. No quieres abandonar esa sensación, te sientes segura y no quieres adentrarte en el mundo frío y ruidoso de ahí fuera.
Tus pensamientos comienzan a desperezarse, hay cosas que hacer, pero saben que
van a tener que luchar con un cuerpo que se resiste. Envían señales a tus brazos
y piernas para que se estiren, se muevan, pero no responden, pesan demasiado. Tampoco
consiguen la fuerza suficiente para mover la cabeza y abrir los ojos.
Indignados, consiguen
desprenderse de un cuerpo inerte. Ahora sí se sienten ligeros. Se desplazan de
un lado para otro a toda velocidad, vuelan, flotan en el aire sin poder tocar
tierra por mucho que lo intenten.
Y el miedo se hace presente en
ellos, se bloquean y caen de un golpe sobre el cuerpo que habían abandonado. La
tranquilidad vuelve a predominar, sienten la seguridad de un entorno conocido.
Abres los ojos. Bajo las sábanas extiendes
lo más fuerte que puedes tus brazos y con un pie tocas el suelo. Ahora sí que
empieza un nuevo día.
Más o menos así son las cosas. Me gusta cuando dices "hay cosas que hacer pero saben..." es como si las cosas te hicieran a ti.
ResponderEliminarBesazos
Cuando se está en ese momento, me da que todos nos identificamos con muchas de las sensaciones.
EliminarBesitos
Es cada mañana, te niegas a empezar el día hasta que la fuerza de la rutina tira de uno.
ResponderEliminarMuy bueno.
Besos.
Sí, es la batalla de a ver quien gana.
EliminarMuchas gracias,
Besos
Está buenísimo. Te dejo esto para hacerle juego: http://divididomaco.blogspot.com.ar/2010/06/figurita-repetida.html
ResponderEliminarLo del silencio mezclandose con los sonidos es genial genial genial.
Gracias Lucas, como ves, la he hecho mía.
EliminarAbrazos
Uy qué pereza me ha entrado leyéndolo, he sentido nostalgia de las sábanas calentitas y la almohada. Qué trabajo cuesta dar ciertos pasos por la mañana, sobre todo si fuera hace frío.
ResponderEliminarBesos desde mi mar, Su, me encantó.
Bárbaro, así de duros son lo despertares...
ResponderEliminarBesos
Con lo bueno que es dormir!!
EliminarBesitos
Sí, ¡vaya que sí! así me siento muchas mañanas. Muy buena la descripción.
ResponderEliminarBesitos
Si Elysa, son despertares compartidos.
EliminarBesitos
Por lo menos, al amanecer, hay un lindo sol.
ResponderEliminarCierto. No hay mal que por bien no venga.
EliminarAbrazos
Un amanecer rutinario y muy, muy bien contado...La aventura de amanecer.
ResponderEliminarUn beso.
Toda una aventura, jeje.
EliminarBesitos
El despertador es quien nos marca el comienzo de un nuevo día. Desde que suena hasta que asimilamos que hemos de levantarnos, la pereza se adueña de nuestro cerebro.
ResponderEliminarMuy bueno, Su.
Un beso.
Todo un proceso de autoconvencimiento, verdad...
EliminarBesitos
La ilustración es una muestra real de lo que me cuesta levantarme cada día, pero debemos ganarle la batalla a nuestro cuerpo y ponernos en marcha.
ResponderEliminarSaludos desde Tenerife.
Sí, forma parte del día a día.
ResponderEliminarSaludos desde La Palma
Con mi despertar habrías escrito una novela jeje, es inmensamente máaaaas largo.
ResponderEliminarJajaj, pues tendrás que escribirla.
EliminarAbrazos
Eso...yo...todas las mañanas!
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