Hoy el capítulo 28 del proyecto de Micronovela Ilustrada de Cienmanos cuenta con una nueva ilustración. Todo mi agradecimiento a Juanlu, que ha ilustrado mis palabras en el último momento a la espera de la ilustración definitiva y a Joaquín Aragón, que ha aportado otra visión de la historia con su estupenda ilustración.
Ilustración de Juanlu |
Ilustración de Joaquín Aragón |
La cara de
Paula se transfiguró cuando la flor se deshizo contra el suelo. Cayó de
rodillas; ya no sabía si su vida era realidad o un sueño. Hacía unos segundos que
había roto toda barrera de tiempo y espacio, y ahora… ahora nada.
Lágrimas de
cristal brotaron de sus ojos sin control, precipitándose de sus mejillas al
vacío.
Un silencio
ensordecedor inundó el laboratorio y allí, en una esquina de aquel lugar
destartalado, encogió su cuerpo como un ovillo. Tenía miedo, quería desaparecer.
De pronto el
mundo detuvo su movimiento.
***
El libro
entreabierto en el suelo no pudo desprenderse de las miradas horrorizadas del
viejo y los calvos.
***
La coartada
de Carmen, esposada en el asiento trasero del coche de policía, permaneció en
el aire, sin más argumentos, a trescientos metros de comisaría.
***
Hank y sus
certezas quedaron atrapados en aquel callejón sin salida.
***
Paula
continuaba enmarañada en su cuerpo cuando dejó de llorar. Todo estaba en
silencio. Levantó la mirada y se tropezó con la mano tendida de Sebastián. Sin
pensarlo, la cogió fuertemente y se abalanzó en sus brazos. A su alrededor todo
parecía una fotografía: Melquíades y Víctor Tim permanecían estáticos con la
misma cara de horror que cuando cayó la flor. Fuera, al otro lado de la
ventana, las palomas quedaron suspendidas en el aire, y en la calle las
personas se habían convertido en frías estatuas.
La confusión
se tornaba tranquila con la presencia de Sebastián. Él le transmitía la
seguridad que había perdido momentos antes. No sabía cómo acabaría todo, pero
por una extraña razón, en ese instante no le importaba. Mantuvieron el abrazo durante
un tiempo indefinido. Jamás supieron cuánto estuvo el planeta sin girar.
Sus pechos permanecieron
en contacto y empezaron a palpitar al ritmo de sus corazones. Los ojos aún
vidriosos de Paula se posaron sobre la mirada serena de Sebastián, que acercó
sus labios lentamente y pudo sentir el rastro salado que habían dejado las
lágrimas en su cara. Pronto se dejaron llevar, y de los besos pasaron a las
caricias, y de las caricias a hacer el amor fundiendo sus cuerpos. Todo a su
alrededor dejó de existir.
Fue entonces,
cuando ambos sintieron que algo dentro de ellos estaba a punto de estallar, que
sus mundos, cada uno en un espacio y momento diferentes, volvían a girar.
Un capítulo muy chulo, Su. Además tirando de todos los hilos y con historia romántica ya más concreta. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarBesitos
Genial, ya te lo dije ayer!!
ResponderEliminarUn besazo!!
Como ya dije a otras personas que leo...me aguanto las ganas y lo leeré cuando acabe esa novela que con tanta ilusión hacéis. Ya te diré.
ResponderEliminarUn abrazo
Felicitaciones!!
ResponderEliminarEl amor que imaginé entre Paula y Sebastían cuando escribí el capítulo 8 al fin se dió!!!!
Ni que decir de esa maraña de personajes y de escenas que me dejaron también suspendida en el tiempo...
Un placer leerte!!
besos
Muchas gracias! Era todo un reto...
ResponderEliminarAbrazos
Casualmente he descubierto tu blog y vengo para leer más de esta y otras historias que nos quieras contar, un saludo desde Tenerife y te dejo enlace de mi blog por si quieres conocerlo.
ResponderEliminarhttp://gofioconmiel.blogspot.com.es/
Tu aportación genial, y las ilustraciones de aplauso.
ResponderEliminarOs quedará preciosa la novela cuando esté terminada.
Un saludo.