
No había estado nunca en aquella playa a pesar de llevar viviendo toda su vida en la isla. Alguna vez se había asomado desde el mirador donde se veía hermosa y misteriosa. Mucho se ha hablado de esa playa, de sus peligros, de sus increíbles corrientes submarinas. Casi una leyenda.
Pero no dejaba de ser una playa, maravillosa, virgen, una playa donde la espuma varaba cada día inmune a las corrientes.
Era el día de mi cumpleaños y el día en que cumplimos la promesa. Nos habíamos prometido algo poco común en estos tiempos de prisas y estrés, algo sin costes, sin medidas, algo especial. Y ese día lo fue.
La playa nos esperaba hace miles de años o de vidas.
Quizá nos estábamos esperando.
Un paseo por la arena de Nogales, me regalaste ese día.
Relato de Pablo Díaz para Cuento contigo
Fotografía de Xabier Santakiteria: Arena de Nogales