martes, 20 de julio de 2010

Ellos. Ella. Todos.

Tenía en su mente todo lo que les quería decir, que les quería mucho, que agradecía todo lo que habían hecho por ella, que sabía que siempre estarían ahí cuando ella los necesitara, pero que no quería ser una carga para ellos, que había llegado el momento de desplegar alas, volar y liberarse, ellos y ella.
No se atrevía a decirlo con palabras, ellos habían vivido siempre para ella y tenía miedo a defraudarlos aunque sabía que era necesario para todos.
Cerró el sobre, lo dejó sobre la mesa y voló.

5 comentarios:

  1. Una necesidad esa la de volar, a pesar del amor y la confianza.
    Un saludo, Su.

    ResponderEliminar
  2. Mejor así. Sin frustración por su parte; olvidando su mando por parte de ellos.

    Blogsaludos

    ResponderEliminar
  3. Precioso... emocionante... ¡Seguro que ya lo saben!

    ResponderEliminar
  4. Puf, se me saltan las lágrimas, con este y con el último que ahora comento
    Un gran abrazo (y me encantó que me llamaras esta mañana!)

    ResponderEliminar

Comparte palabras...