miércoles, 23 de junio de 2010

La luz

Pedro, el oculista, ha salido corriendo justo en el momento en que se disponía a ponerme una lente intraocular en el ojo derecho. Me dejó temblando, pero más lo notaba yo temblar desde el momento en que entré en su consulta. Sudaba, estaba más pálido de lo normal, no cabía duda de que algo anormal le pasaba ese día. Se dirigió hacia la ventana, corrió las cortinas, hizo lo posible para que entrara toda la luz del exterior. Se sentó llorando en el suelo con las manos en la cara. Había dejado de ver la luz en su interior.

7 comentarios:

  1. Uf, ceguera interior, una nueva pandemia?!

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  2. Te faltó poner "en memoria de Saramago" :o)

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  3. La visión del universo: algo que depende del tímido equilibrio entre las luces interiores y exteriores. Muchas gracias por tu trabajo, Su.
    PABLO GONZ

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  4. Tardaste poco en escribir después de tu post anterior :-)
    Muy bonito

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  5. Gracias a todos y todas. Sí Belén, parece que el destino quizo que se le rindiera un homenaje.

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  6. Esa es la peor oscuridad, pero la mas frecuente....
    Un abrazo

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  7. Me da que la ceguera interior es la peor y la más extendida en estos tiempos. Qué pena.

    Buen micro, buen intento, buen homenaje.

    Un saludo indio

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