lunes, 10 de mayo de 2010

No lo sabía


¡No quiero! ¡No quiero! ¡No quiero! Se lo decía una vez tras otra, pero cuanto más se lo decía, más crecía. A eso se refería, no quería crecer, no quería abandonar aquél mundo que le habían creado. Era un mundo pequeñito, como él, un mundo en el que sólo había la dulzura de mamá, la protección de papá, las golosinas de la abuela, los paseos del abuelo, los juegos de los primos y primas. Parecía poco porque ese mundo cada vez se le hacía más pequeño, pero para él, era lo más grande. Lo que no sabía era que a partir de ahora, sería él el que podría elegir qué mundo quería, podría seguir disfrutando de lo que le daban, pero además también podría ser él el que regalaba dulzura, protección, golosinas, experiencias. Dejaría de tener miedo por no saber lo que le darían los demás y se haría valiente porque él sería el protagonista de su gran mundo, pero eso, no lo sabía.


1 comentario:

  1. J.M. Barrie no podía haber tenido un mejor homenaje. ¡Ánimo guapísima!, eres toda una escritora!

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