"Tú nunca te hagas vieja", se decía a sí misma y al mundo cada vez que los achaques de la edad le recordaban todas las experiencias vividas. Cuando se dió cuenta de que eso no estaba en su mano, decidió cambiarlo por algo que le parecía más bajo control, "Yo lo que quiero es irme ya". Cuando por fin lo ha decidido, la paz y la felicidad la invaden. Ya sólo le queda dar el paso.
Hay que adaptarse a los tiempos, en este caso a la edad, y qué mejor manera de hacerlo que tener claro lo que viene despues. Esa paz, ese paso.
ResponderEliminarPor cierto creo (sólo creo) que en la primera frase despues del entrecomillado se te olvido un se, así: "Tú nunca te hagas vieja", se decía cada vez
Un saludo!!!
Buena forma de encarar la despedida...
ResponderEliminarMe gusta tu estilo
Y muy elegante
ResponderEliminarMuchas gracias Vidalilla. Salió de dentro.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte
La aceptación ayuda a superar el miedo a lo desconocido, supongo. Muy bueno, muy sentido... Un abrazo.
ResponderEliminar