Se le partió el alma cuando se cruzaron por la calle y no le dirigió la palabra. Un escalofrío le recorrió el cuerpo y un gran nudo se le aposentó en su garganta. Se quedó paralizada, sólo quería llorar.
Una lágrima en su mejilla la despertó. Respiró aliviada al darse cuenta de que todo había sido una pesadilla.
Suena el teléfono: “Tenemos que hablar”
¡Vaya!, despertó con la zozobra de una nueva pesadilla.
ResponderEliminarUn beso.
Tenemos que hablar... Me suena bien, muy pero que muy bien.
ResponderEliminarMerece la pena la pesadilla si te despierta un sueño.
Muy bonito.
Un abrazo
Tenemos que hablar... y viendo aquí esta frase me resulta relativa, puede que no sea tan malo... depende de qué relación les una.
ResponderEliminarUn abrazo!
Oh, oh, sueños premonitorios, me temo!!
ResponderEliminarUn beso
Estoy con Maite en lo de los sueños premonitorios y soy de los que opinan que la frase "Tenemos que hablar" no suele ser nada bueno.
ResponderEliminarTenemos que hablar. La de juego que tiene esa frase :-). Saludillos habladores
ResponderEliminarMejor callar y que continúe la llamada.
ResponderEliminarBlogsaludos
Auch...
ResponderEliminarAy, ese "tenemos que hablar" como duele...
ResponderEliminarEsperanzador o temido "tenemos que hablar". Pero al fin y al cabo dos no discuten si uno/a no quiere.
ResponderEliminarBesos a pares.
Si, me sueña chungo, porque cuando hay algo bueno que decir, se dice sin anuncios... me sumo a quienes les huele a premonición.
ResponderEliminarBesitos soñadores.
Sueños premonitorios... El fin, según la premonición de cada lector-a.
ResponderEliminarBesos
¿Intuición o premonición?
ResponderEliminarSe pasa muy mal en esas situaciones. Esa dichosa frasecita es de cuidado.
ResponderEliminarUn beso.