Siempre se sentaban juntos a comer, como en las buenas familias. Él, mientras se tomaba la sopa, pensaba en como salir del paso del incidente de la pasada noche, cuando su amigo lo encontró cenando con su amante. Ella, no podía sacar de su cabeza lo guapo que estaba su amigo cuando llegó anoche a casa con la excusa de reunirse con su marido. Intentaba que no se notara su sonrojo. En la otra silla, ya no había nadie, su hijo, cansado de no tener familia, la buscaba en otro lugar.
¿Cuándo entenderemos los adultos? Nuestros hijos nos observan, saben mas de lo que creemos. Comprenden todo y les duele esa comprensión.
ResponderEliminarBravo Su!
Efectivamente, cuando se intenta engañar a alguien, se descuidan otros flancos, otras personas y éstas descubren nuestros engaños con una facilidad pasmosa.
ResponderEliminarEsto lo hacen estupendamente los niños.
Los niños lo captan todo!!! Saludillos familiares
ResponderEliminarLos niños tienen una sensibilidad especial, y los adultos la perdemos en cuanto dejamos de tener una mirada infantil. Una pena lo que somos capaces de perder los que nos consideramos mayores.
ResponderEliminarVictimas colaterales.
ResponderEliminarUn beso.
El teatro de la vida moderna. Me gustó mucho.
ResponderEliminarFuncionamos como tetris rellenando huecos con silencios, personas...
ResponderEliminarUn abrazo
Que bien finalizada este minirelato tan real por desgracia. Besos
ResponderEliminarComo en las buenas familias, se esconde todo bajo la alfombra, y los niños a sufrirlo
ResponderEliminarMuy bueno Su!
Abrazos
cuanta contradiccion vemos hoy en dia
ResponderEliminarUna delicia pasar por aquí.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias a todos-as.
ResponderEliminarGracias Txon, pasa siempre que quieras.
Besos
Soledad... alimento doloroso que acompaña la sopa en las casas con doble cara.
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