Decían que cada día el mar que veían sus ojos era diferente, que aunque su mundo estuviera contenido en no más de siete metros, su sueño era seguir comiéndoselo, que la aparente rutina que podía invadir sus días, se teñía de emoción cada minuto.
Allí, en aquel barquito sin mayor tecnología que la creada por sus propias manos, habían descubierto la libertad de vivir al son de las olas.
habían descubierto la libertad de vivir al son de las olas.
ResponderEliminarMenuda frase enorme...
Mereció la pena el desvelo. Precioso, Su.
De isla a isla... un beso.
La vida es muy simple, casi tan simple como complicarla. Genial.
ResponderEliminarLa libertad es poder elegir: aunque vaya al compás que marquen las olas, decidirá el rumbo.
ResponderEliminarUn abrazo, Su.
Conocí a alguien que obró como lo describís, y fue, en verdad, la persona más libre que conocí en mi vida.
ResponderEliminarPrecioso.
Kum*, muchas gracias, no sé si la frase o el sentido, pero sí, tan enorme como la inmesidad de los mares. Besos desde el otro lado.
ResponderEliminarCybr, yo creo que la complejidad la marcan las decisiones que tomamos, pero si son asumidas con responsabilidad, benditas complejidades. Gracias!!
Si Belén, libertad es tener la capacidad de elegir lo que quieres para tu vida. Besos fuertes.
Tiene que ser una sensación maravilosa, Patricia, muchas veces nos atamos a cosas que nos impiden llegar a esa libertad. Besos
Un micro muy bucólico, Su. Un abrazo marino.
ResponderEliminarElegir entre acumular o crear... parece fácil. Mientras, el mar.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias Maite, otro abrazo marino para tí.
ResponderEliminarBicefalepena, parece fácil, pero por desgracia no siempre estamos dispuestos a ello, pero mientras, el mar... Abrazos
Me encanta el texto, esa vida al son de las olas y esa imagen. Vamos que me gusta todo. Un placer como siempre pasar por aquí. Saludillos navegantes
ResponderEliminarHa llegado mi dama,
ResponderEliminarsu pelo rojo le da al viento
un atuendo de fuego.
Su fragancia me sacude.
Soy un hombre maniobrado
por las circunstancias.
He perdido la desolación que me aislaba,
el dato esencial ya no es la quietud,
en mi rostro se instala la sorpresa.
No puedo hacerme a un lado
ante el aturdimiento que se acerca,
dejo que me alcance la catástrofe.
Quiero padecer de nuevo
el saqueo en las entrañas,
la fiebre animal en la sangre,
el insomnio delirante,
el triunfo inútil.
anuar.
Muchas gracias Puck, con visitantes como tú es un auténtico placer. Besos
ResponderEliminarGracias Anuar. Saludos
La libertad es una palabra muy grande, enorme, gigante, pero al tiempo sencilla y, aunque no lo creamos, fácil de conseguir.
ResponderEliminarUn beso, su.
Creo que para estos temas estáticos conviene la forma poética antes que la prosa: aquella te exigirá la necesidad de ahondar en las diversas facetas que contemples.
ResponderEliminarAbrazos,
PABLO GONZ
Si Torcuato, sólo hace falta proponérselo y creer en ello. Besos.
ResponderEliminarGracias Pablo por las recomendaciones, pero uff... ¿tú me ves haciendo poesía? jeje. Abrazos poéticos
Personas libres que responsablemente eligen vivir al son de las olas, es maravilloso y pienso ¿quién pudiera? pero en realidad libre se hace uno a sí mismo.
ResponderEliminarAbrazos
La libertad lleva acento de mar.
ResponderEliminarBlogsaludos
Me encanta :) te sigo
ResponderEliminarDe niño sentí esa emoción cuando hacía barquitos de corcho con velas de papel.
ResponderEliminarSi Anita, libre se hace uno mismo, quizás por eso a veces nos cuesta tanto. Abrazos libres
ResponderEliminar¿Será por la sensación de inmensidad, Adivin? Abrazos marinos
Bienvenido, Javier Domingo, pasa siempre que quieras.
Seguro q era una sensación maravillosa Manuel. Besos