domingo, 10 de octubre de 2010

Dos finales para un mismo principio

Todavía aún...

No sabía si el tiempo era una medida fiable. En ocasiones, los segundos parecían largas horas, otras veces, las horas pasaban en milésimas de segundo.

Se arrancó el reloj de pulsera y le quitó una a una las manecillas a su reloj de pared. Observó aquella esfera de números, huérfana ya de cualquier sentido u objetivo, hasta que una certeza vino a posarse en él:

No hay tiempo. Sólo aconteceres…

Desterró de su verbo y de sus planes los antes y los luegos y se instaló en un eterno mientras cotidiano que cambiaba de forma con cada evento, con cada asunto, hecho, suceso o situación.

Nadie notó el cambio. Sólo él se sabía más pleno, más sereno,… más feliz.

Alguien en la calle le preguntó “¿Tiene hora, por favor?”

-No, ya no –respondió él.

-Pero… ¿sabe qué hora es?”

-Es… Ahora –y se alejó encogiéndose un poco de hombros para disimular su sonrisa.

Kum*





Milésimas de segundO

No sabía si el tiempo era una medida fiable. En ocasiones, los segundos parecían largas horas, otras veces, las horas pasaban en milésimas de segundos. Su vida había transcurrido en un soplo, su muerte estaba resultando una lenta agonía. Sólo había aprendido a esperar pacientemente, tardara lo que tardara, su breve beso cálido para soportar la fría y larga noche.

Su

11 comentarios:

  1. Eran cerca de las 02:00. Su me propuso jugar... y jugamos.

    Que lo disfruten.

    Un beso sin tiempo.

    ResponderEliminar
  2. Siempre me ha atraido la relatividad del tiempo, y creo que da grandes posibilidades a la hora de hacer poesía y micros. Aquí tenemos dos claros ejemplos.
    Lo que más me ha gustado de este juego, es ver la riqueza que da la gran diferencia de estilos y visión de cada uno de los relatos.
    Un abrazo doble.

    ResponderEliminar
  3. Qué buena idea!

    Kum*: Me encantó el diálogo final, es magnífico.

    Su: tu texto es breve como la vida, pero amplio en su sentido.

    Besos atemporales para "ambos dos".

    ResponderEliminar
  4. Voy a detener el tiempo para volver a leeros otra vez. Me encantaron los textos y esa imagen del reloj. Saludillos

    ResponderEliminar
  5. Maravilloso, todo lo que contenga tiempo, o relojes, o relojes de tiempo cuyas manecillas mueren... me parece terriblemente atractivo, decadente y maravilloso.

    Nunca llevo relojes.

    ResponderEliminar
  6. Su un comentario nunca llega tarde ni pronto sino cuando se lo propone, jeje, como decía el mago Gandalf. Es curioso en casi todos tus últimos relatos el tiempo parece ser un factor común. Me gusta pararme a reflexionar sobre el tiempo también, sobre todo cuando carezco de el para pararme o simplemente para no darle demasiada importancia.
    También me acordaba de los hombres grises del libro de Michael Ende "Momo", que robaban el tiempo a todo el mundo y así tenerlos controlados.
    En fin que no me enrollo más que es mucho tiempo para leer y hay mucha tarea...
    Gracias a Kum, tu relato magnífico.

    ResponderEliminar
  7. Relatos divergentes para un mismo tema, el tiempo. Vida en el presente y muerte en el futuro.
    Estupendos giros.
    Besos a pares.

    ResponderEliminar
  8. El tiempo, por algo es la cuarta dimensión, no? Es muy relativo, lo mejor pasarlo bien cuando te aburres y pasarlo mal cuando quieres que dure más, difícil cuestión.
    Kum, qué buen diálogo, yo me quité el reloj para ir a México porque me dijeron que ahí el tiempo era diferente, decidí no contarlo con relojes.
    Su, quien sabe si la muerte será una fría y larga noche o un luminoso día.
    Abrazos compartidos

    ResponderEliminar
  9. Dos micros bien llevados. Con ángulos distintos pero con un vértice común:el tiempo, tema impaciente donde los haya. Me ha gustado.

    Blogsaludos

    ResponderEliminar
  10. Vivir cada instante con asombro y saboreando... Poco a poco. Sin manecillas.

    ResponderEliminar
  11. Jugamos y ganamos una nueva experiencia compartida, atemporal.
    Abrazos eternos

    ResponderEliminar

Comparte palabras...