No sé si te diste cuenta, cuando me dijiste que me quedaban menos de dos meses de vida y me abrazaste, de que me hice añicos entre tus brazos.
Ahora, hecha polvo, tendría todo el tiempo del mundo para recordarte que esperé toda una vida por ese abrazo.
Nos ha conmovido especialmente. ¿Por qué ha guardado un sentimiento así? No ha sido justa consigo misma.
ResponderEliminarBesos a pares.
¿Por qué esperar toda la vida por un abrazo? Mejor pedir que esperar, es más responsable con una misma.
ResponderEliminarUn abrazo por si lo necesitas!
Precioso, Su. Realmente enternecedor.
ResponderEliminarA veces hacerse añicos tiene su lado dulce... y, sí, hay polvos por los que esperaría uno toda la vida.
Lo he cogido, no?
Besos payasos.
¡Wow Su!, me has tocado en lo más profundo del sentimiento.
ResponderEliminarAdmiro tus letras.
Un abrazo.
Precioso, Su. Sensible, certero y bien escrito. Felicidades.
ResponderEliminarQue bonito!, llegador.
ResponderEliminarsaludos.
lo voy a compartir, si?
Precioso. Larga espera, pero al final llegó. Dicen que más vale tarde que nunca...
ResponderEliminarSaludillos
Nunca sabes por qué esperas tanto por algo, sólo sabes que en ese momento crees que es lo correcto.
ResponderEliminarPor supuesto Rosio, aquí están para compartir.
Besos
Hola, Su. Pueden ser muchos los sentimientos que detienen ese abrazo. Pero aquí cobra sentido el poema de Pessoa: "más trisque lo que acontece es lo que nunca aconteció".
ResponderEliminarY mi hiperbreve Polvo (http://cuervosparatusojos.blogspot.com/2010/08/polvo.html) pareciera ser una respuesta alterna al tuyo.
Un cálido abrazo.
"Más triste que lo que acontece
ResponderEliminarEs lo que nunca aconteció".
Triste abrazo. Yo creo que debíamos condenar a los dos a abrazarse 10 veces al día.
ResponderEliminarBlogsaludos
No deberíamos perder el tiempo con las esperas valdías.
ResponderEliminarUn beso.
Triste pero hermosos!
ResponderEliminarSi que le costó caro el abrazo.
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