martes, 10 de abril de 2012

Última carrera


Me levanto a toda prisa. Maldigo al despertador por haberse apagado cuando apreté el botón entre sueños, ya me retraso cerca de media hora. Ducha rápida, bajo corriendo las escaleras mientras me acabo de vestir. Arranco el coche y salgo chirriando ruedas, la abuelita que todas las mañanas me sonríe haciendo el deporte del día esta vez me mira asustada. Cruzo la ciudad como si estuviera haciendo el Mundial de Fórmula 1. Llego a mi destino y me quedo paralizado, con las manos sujetas al volante tan fuerte que me es imposible salir. Respiro profundo, mi mirada se pierde en un mar de lágrimas. Allí, frente a la empresa en la que he invertido quince años de mi vida, me doy cuenta de que es mi última llegada a esa meta. 

13 comentarios:

  1. Esta historia tiene un fondo tan actual como versosímil y desazonador, Su.

    La dotas de un final sorprendente en más de un sentido. Por un lado, como lector no espero llegar a este final. Pero además, sorprende que alguien en su situación se preocupe por llegar tarde.

    Un micro que es un homenaje a los hombres (como género humano, aunque no debería aclaar esto) honestos que están sufriendo.

    Un abrazo,

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    1. Muchas gracias, Pedro. Creo que son muchas las personas que están pasando estos días por esa situación. Era mi pequeño homenaje a ellas.

      Un abrazo

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  2. ¡EH!, No vale, tiene más de 99 palabras!!

    Ui, perdona. Es que los 150 de Miguel me tienen ya loco.

    Besos payasos.

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  3. Su, todas las últimas carreras son tristes, aunque con ellas se descanse. Los recuerdos, aunque sean de lo cotidiano, siempre nos dejan un buen sabor de boca.

    Aunque sé que el relato es triste, me quedo con el optimismo que todo cambio, por malo que parezca, es bueno.

    Bessets.

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    1. Hay un dicho que dice que cuando se cierra una puerta, una ventana se abre.

      Esperemos que así sea.

      Bessets

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  4. Está muy bonito el cuento. Y puedne haber varias interpretaciones finales. Pero sujeto la que tiene que ver con cierta tristeza y cambio voluntario del personaje, que es él quien quiere dejar su labor, su trabajo. Por lo demás, se siente las ansias de quien llega tarde, je, quizá es porque soy de esa clase de humanos. Abrazos.

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    1. Hay tantas interpretaciones como personas lo lean, eso es lo bueno.

      Abrazos

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  5. Pues yo si le he visto otro final, el de alguien que se jubila...pero eso ha sido a primer golpe, la realidad creo que es bien distinta, no Su?

    Un abrazo certero!

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    1. Puede ser ese final, pero confieso no es el que yo pensaba tampoco.

      Abrazo recibido

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  6. Todas las últimas veces se saborean de manera especial, todas quedan en el recuerdo. En este caso, pasar página y sintonizar con la primera vez del próximo lugar que sirva de equilibrio agridulce.
    Sorprendente y con sabor amargo, pero bien hilado.

    Un abrazo

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  7. Me quedo con la profesionalidad del personaje, que ni el último día quiere llegar tarde.

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