Allí, en el pequeño lago, encontraba cada día su remanso de paz. Sentado a la orilla, saboreando un cigarrillo de liar, hacía balance de la jornada; “lo mejor y lo peor del día”, se repetía hasta que los recuerdos comenzaban a fluir. Sin lugar a dudas, lo mejor era siempre ese momento: la noche, su cigarrillo, sus pensamientos… y la única compañía permitida, su pequeña libélula revoloteando alrededor.
Esos pequeños momentos, a veces, son todo.
ResponderEliminarbesos
Tener un momento así, amar los recuerdos, recuperar la noche, tener paz, amante compañía - solo para ti-.
ResponderEliminarCreo que su micro, hoy...llega.
Hermoso!.
...no hay palabras.
ResponderEliminarEste microrrelato desprende sosiego, las palabras se me antojan frágiles como esa libélula que revolotea. Quizá no tenga nada que ver, pero imaginé que él escribía en ese momento de calma.
ResponderEliminarUn saludo Su.
Buen momento para el balance, sin duda, despide paz y armonía!
ResponderEliminarUn abrazo
Me gusta el remanso de paz que describes...siempre es bueno tener unos minutos para nosotros mismos y olvidar por un momento el ajetreo diario del que estamos rodeados.
ResponderEliminarSaludos.
Sí, benditos momentos que no se compran con nada, ni se venden por todo el oro del mundo.
ResponderEliminarGracias Kum, tu silencio dice mucho.
Abrazos
Qué preciosidad de micro, Su! Esos momentos valen mucho, y cada vez son más difíciles de conseguir...
ResponderEliminarEl silencio de Kum* dice mucho, pero ¿y el sombrero? Lo dice todo! :o)
Un abrazo
Los mejores momentos son en compañía de uno mismo.
ResponderEliminarSí, Belén y La Malquerida, son los mejores momentos, y más cuando nos acompaña la pequeña libélula que nosotros-as elegimos.
ResponderEliminarGracias por pasar.
Bien Su.
ResponderEliminarPero que no se base toda la felicidad en esa frágil libélula.
Un beso.
es necesario hacer eso un balance de lo bueno y lo malo del dia y que mejor que en compañia de una hermosa libelula bailarina
ResponderEliminar