Allí estaban abrazados, sonrientes y con todos los sueños por cumplir. Iniciaban una nueva etapa por la que habían luchado mucho y no estaban dispuestos a echarla a perder.
Allí estaba, con la fotografía entre sus manos, sólo, triste y con su sueño roto en pedazos. Un sueño del que si no estuviera tan seguro que iba a durar toda la vida, no lo hubiera dejado sólo en manos de ella.
Compartir sueños es adorable... pero es un error dejarlos en manos de nadie.
ResponderEliminarPrecioso, Su... y duro.
Besos despiertos.
Me deja intrigado que sueño sería.
ResponderEliminarUn beso, su.
Me gustó mucho, y me dejó intrigado la última frase.
ResponderEliminarme deja inquieto este relato con punto de tristeza.
ResponderEliminarUn abrazo.
estoy de acuerdo uno nunca debe dejar de ocuparse de las cosas, además ¿no era algo de dos?
ResponderEliminarhasta pronto
una abrazo
Las promesa y los sueños están para cumplirlos. Cuando se hacen proyectos de a dos, tirados sólo por uno, ocurren estas cosas. Muy buen texto y perfecta la separación de los párrafos contando principio de la relación y final. Un beso.
ResponderEliminarNo sé, últimamente me ha dado por pensar en que está bien soñar, pero cuando los calificamos de sueños los alejamos mucho de hacerlos realidad.
ResponderEliminarYo lo llamaría deseos, que se ve más cercano y realizable... Por otro lado, tampoco creo que sea bueno dejarlos en manos de los demas.
Un besito real!!!
O mejor dicho, un besito realmente deseado!!!
ResponderEliminarCreo que su sueño era ella... hay que tener sueños más allá de las personas, y de todas formas, ni sueños ni personas son infinitos
ResponderEliminarUn beso
A eso se le llama una señora elipsis. Buen manejo de la técnica y estupendo el resultado. Me gustó.
ResponderEliminarUn abrazo,
PABLO GONZ
Me alegra que todos-as tengamos claro que hay que luchar por lo que se sueña o desea en la vida.
ResponderEliminarDejarlo en otras manos puede que sea una equivocación.
Abrazos