Cuando ahora, ya en mi casa, pienso en lo vivido semanas atrás me pregunto si ha sido real o simplemente un sueño. Las fotografías me confirman que sí, que realmente he podido sentir, vivir, palpar otra Navidad.
Tener la oportunidad de vivir esa experiencia en tierras amazónicas junto a Fernando López sj., ha sido el mejor regalo de Navidad que he recibido.
Como repite él con frecuencia, toda itinerancia geográfica conlleva una itinerancia interior mucho más intensa si estás dispuesto a abrir tu corazón a ello. Hoy puedo decir que doy fe de que eso es cierto.
Itinerancia que permite romper los esquemas, reflexionar sobre la relatividad de este mundo, un mundo que creemos único pero que, en un mismo espacio temporal, está divido en infinidad de sub-mundos. Durante mi estancia en aquellas tierras, constantemente me venía a la cabeza lo que se estaría haciendo, en ese mismo momento, en mi ciudad, en “mi mundo”. Siempre se ha dicho que las comparaciones son odiosas, pero en este caso, el parar, tomar conciencia y comparar creo que es una experiencia que te hace crecer como persona.
Y me permito comparar, porque cuando compartes días en un barrio como el de São Jorge, en la periferia de Manaus, compuesto de palafitas o casitas de madera sobre el nivel de un río contaminado por toda clase de desperdicios humanos donde niños y niñas no tienen reparos en tomarse un baño, donde muchos desaparecen arrastrados por la corriente del río cuando está en época de lluvias, donde se lucha por la creación de un centro cívico para poder realizar actividades y evitar que caigan en el mundo de las drogas, el alcohol o la prostitución, me cuestiono por qué permitimos que el mundo esté repartido así.
Porque cuando pasas la Noche Buena, en mi caso en una aldea indígena Sateré, creyendo que viven en la pobreza más absoluta y descubres que su riqueza está en vivir plenamente el día a día, en la generosidad de compartir lo que se tiene con los demás, en las sonrisas y el cariño de los niños y niñas que te reciben con los brazos abiertos a cambio de nada, me planteo si el tipo de valores en que nos han educado es el adecuado.
Porque cuando viajas río arriba, observas la belleza del paisaje, escuchas los impresionantes sonidos de la selva, te sientes acompañada por la inmensa variedad de animales que comparten tu camino y eres consciente de que te encuentras en el centro del pulmón del mundo, me pregunto si sabemos lo que estamos haciendo con nuestro mundo.
Hoy me siento afortunada de haber recibido este regalo, de que todo mi sistema de valores y creencias se haya tambaleado para reconstruirse y permitirme crecer como ser humano.
Texto publicado en Anchieta. Red Ignaciana de Canarias
Me alegro de tenerte cerca y de que juntas y gracias a tu experiencia tambaleemos lo que haya que tambalear para reconstruir, siempre, algo mejor.
ResponderEliminarUn abrazo de corazón
Me alegra saber que, luego de una experiencia única, estás de vuelta con los tuyos.
ResponderEliminarCoincido con Anita: que tambalee y caiga así reconstruimos, esta vez con dignidad y equidad.
Un abrazo.
Su, me dejas sin palabras, por demostrarnos que todavía hay cosas que merecen la pena, que hay personas que merecen, y mucho, la pena. Tu valentía, sí, tu valentía, porque hace falta estar hecho de otra pasta para poder dedicar tiempo a los demás, y si encima tienes que meter los pies en el barro, aún tiene más valor. Valentía porque no todo el mundo está dispuesto a reconstruirse desde los cimientos. Me dejas sin palabras, y con muchas reflexiones. Abrazo fuerte.
ResponderEliminarQué puedo decirte yo que sea mejor que lo que has vivido y has visto y sabes???
ResponderEliminarNo te digo nada, te leo y te escucho.
Un beso
Vivimos en un mundo donde se tocan los extremos con la punta de los dedos, y aún así queremos permanecer ajenos a las carencias que tenemos de valores.
ResponderEliminarNuestro desarrollo social no es sostenible, de ninguna de las maneras, si queremos permanecer impasibles a estas tremendas desigualdades.
Se avecinan tiempos raros y nos intentaremos aferrar a nuestras seguridades que apenas son alucinaciones.
Estoy de acuerdo con lo que dices.
Amén.
Un abrazo sostenible
Vivir otras realidades es enriquecedor y cuan más distintas mejor. El quiz de la cuestión es como las asimilamos y adaptamos sus enseñanzas a nuestra cotidianidad.
ResponderEliminarTus reflexiones son un germen que seguro dará sus frutos.
Besos a pares.
Creo que tan importante es conocer otras realidades como luego tratar de ser coherentes con lo que se despierta en esos momentos, con todo eso que se nos tambalea.
ResponderEliminarNo permitir que esas otras realidades se nos olviden y poder contruir otro mundo desde nuestro pedacito (en el que también hay muuuchos sub-mundos) algo más justo, sostenible y fraterno.
Un abrazo!!!
Yo creo que lo sabemos. Pero nos interesa para muchas cosas que siga así, por lo que preferimos ignorarlo.
ResponderEliminarPor supuesto, esto no va contra nadie en particular. Pero en general, es lo que hacemos.
Qué bien escribes!! Muchas felicidades por tu valentía para vivir experiencias nuevas, por tu lucidez para llegar a estas reflexiones y por tu habilidad para plasmarlas!!! Un abrazote Cris
ResponderEliminarGracias por dejarnos viajar un poco contigo a través de tus palabras. Para cambiar algo primero hay que conocerlo, valorarlo, compararlo.
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegro por ti (y por todos) de estas hermosas experiencias que has tenido y compartes. Si todos deseáramos crecer como seres humanos, el mundo sería mucho mejor.
ResponderEliminarUn abrazo fraternal,
PABLO GONZ
Increíbles esas vivencias y tu forma de plasmarlas! Me siento muy afortunada por haber compartido estos momentos. Te quiero!
ResponderEliminarAl leerte se me ha contagiado la risa y el cariño de esos niños que se te acercaban. ¡Qué gran noticia!... ¡has ido!... y encima vuelves renovada, con la mirada más alta. Capaz de ver los colores que son los más difíciles de ver, el color real de las cosas.
ResponderEliminar¡Qué contento me has puesto!... ahora voy a contarlo por ahí, a presumir de amiga.
Un Besazo.
Admiración es lo que siento, la fuerza que tienes para poder ver y vivir la otra realidad que es tan diferente a lo que vivimos, hay tantos lugares donde se ve tanta miseria pero muy ricos en espiritu, que con sus sonrisas piensas como le hacen para ser felíz, me lo sigo preguntando hasta ahora...y a seguir planificando el segundo viajeeee supongo!!!
ResponderEliminarpoco queda por decir aparte de lo que han comentado ya... Muchas gracias por compartir este relato y hacernos partícipes de tu sueño para que sigamos soñando y reflexionando para que pongamos en práctica muchos de esos sueños!! La vida es sueño y esos sueños forman una parte intrínseca e inseparable de la vida, tan sólo depende de nosotros el abrirles la puerta para que fluyan y se hagan realidad... ¡¡No los dejemos eternamente encerrados, como joyas dentro de un joyero esperando a ser lucidas algún día!!
ResponderEliminar¡Un abrazo y que sigamos con la reconstrucción!
Ra-moon
Menuda experiencia. Una vez leí un libro sobre Manaos y su época de esplendor con el caucho. No sé si será la misma zona, pero por lo que cuentas debe ser muy duro vivir ahí ahora.
ResponderEliminarMuchísimas gracias.
ResponderEliminarHa sido una experiencia muy bonita y muy rica.
Abrazos fuertes