sábado, 27 de marzo de 2010

La ventana

Siempre había tenido la manía de, cuando paseaba por las calles, mirar a las ventanas de las casas que estaban iluminadas. Realmente sólo podía ver, como mucho, las lámparas, el color de un trozo de pared y si tenían algo colgado o no, pero eso era suficiente para, durante el paseo, tener la mente ocupada intentando dar respuesta a preguntas como ¿cuántas personas vivirán?, ¿en qué ocuparán sus días?, ¿cómo será la vida ahí dentro?, ¿serán felices?,…
Aquel día ella sentía que no era feliz, no tenía ninguna razón en concreto y las tenía todas en general, era algo indefinido, una sensación. Había tenido un día agotador en el trabajo, muchas exigencias y ningún reconocimiento, había llegado a su casa más tarde de lo normal, y cuando cruzó la puerta, lo único que encontró es una nota de su pareja diciéndole que no le esperara despierta. Solo tenía ganas de llorar.
Sin pensarlo decidió salir a la calle, sin pensarlo porque no quería pensar, quería huir, llenarse, aunque fuera con la vida de otros. Comenzó a caminar sin rumbo, a recorrer calles que normalmente no frecuentaba. Anochecía y refrescaba, aunque ya estaba acabando la primavera, aún las noches refrescaban. Le sorprendía ver a aquellas jovencitas sentadas en los bancos del parque, riendo sin parar mientras hablaban con un par de chicos. Era entonces cuando su mente comenzaba a jugar, centraba su atención en una de ellas, la observaba e imaginaba lo bien que se podría sentir riendo así, seguro que en ese momento en que los chicos no paraban de tirarles los tejos se creía la mujer más bonita del mundo, seguro que en ese momento sentía que era ella misma y no la que sus padres pretendían que fuera, seguro que en ese momento de su vida, las únicas responsabilidades que tenía era asistir a clase y aprobar unos exámenes, que seguro que lo hacía porque tenía cara de chica de inteligente.
Continuó su camino, dejó las risas atrás, siguió paseando sin rumbo por las calles de la ciudad, hasta que el sin rumbo se convirtió en un rumbo definido, alguna fuerza que no conocía la guiaba ¿a dónde iba?
En aquella casa, tras la ventana de gran cristalera que hacía casi de pared frontal, los lloros de un bebé le hicieron fijar su atención. La gran ventana permitía que el campo de visión de la casa fuera bastante amplio. Alguien intentaba calmar aquel niño, era un hombre, debía ser su padre. Un escalofrío recorrió entonces todo su cuerpo, ese hombre era su novio, ése que le había dejado en una nota que no le esperara despierta estaba en otra casa, con un niño en sus brazos, intentando que durmiera con sus abrazos, con sus besos, con su amor,…
Una lágrima le recorrió la mejilla, pero aún así no pudo sacar la mirada de aquella ventana. No sabía por qué, pero una extraña sensación le hacía encontrarse cada vez más en paz consigo misma. Cuando los llantos cesaron una mujer entró, los abrazó, los besó, allí permanecieron fundidos los tres en uno, bailando lentamente, al ritmo de la música que había ocupado el espacio de los llantos.
Algo cambió, la calma invadió su cuerpo, comenzó a sentirse llena, plena, feliz. Acababa de descubrir que era lo que necesitaba para llenar su vacío, porque allí, tras esa ventana estaba ella, en el hogar que siempre había deseado, con el hombre que siempre había deseado, con el hijo que siempre había deseado, con la familia feliz que siempre había deseado…

3 comentarios:

  1. Me imaginaba a la protagonista caminando por la calle Real, pasando por la Avenida, las chicas y los chicos en el césped de la parada de taxis... ¿era ella o no era ella?

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  2. ¡Ufff! Removedor. Su, me gusta la música de tu página. Te dejo enlace de mis pinitos como cantante y compositor con el lujo de Alfonso Salas a la guitarra y arreglos:
    http://sites.google.com/site/alfonsosalasf/Lasolas.mp3?attredirects=0
    Es descargar el archivo y escucharlo.

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  3. Aaah. ¡Me ha encantado!
    Me llení (:

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