En sus cuerpos ha decidido habitar la muerte. Cada mañana,
con la luz de la esperanza que entrará por sus venas, acuden a librar una
batalla. Batalla que no puede esconder su dureza. No hay más que ver sus movimientos
lentos, pieles pálidas, ojerosas caras y pañuelos cubriendo sus cabezas. Batalla en la que habrá una sola vencedora, la
vida o la muerte.
Yo creo que siempre vence la vida, aunque a veces utilice la muerte como vehículo para reconectarte con ella.
ResponderEliminarBesitos, te leo.