Decían de mí que era un lobo. No lo creo. Puede que al principio si creyera que todas caerían a mis pies. Pero, ahora me doy cuenta, el tiempo de Caperucita ya pasó.
De pequeño me educaron para ser
un machote; que si los hombres no lloran, que si somos los mejores, que cuantos
más sepan de mis affaires mejor y siempre, siempre, es mejor dejar claro quien
lleva los pantalones.
Yo lo intentaba. Cuando salía de
casa era el lobo fiero que iba a comerme el mundo; pero, cuando volvía, no era
más que un lobo herido.
Ellas eran listas. No me hablaban
de mis grandes orejas, ni de mis bonitos ojos saltones o mis enormes manos. Se
insinuaban muy bajito a mi oído para no poderles escuchar y demostrarme que el
tamaño no es lo que importa, se desabrochaban sutilmente los botones de su
camisa para que los ojos se me cayeran al suelo, me pedían que les desabrochara
el sujetador sólo para reírse de mi poca traza.
Pero todo cambió cuando les conté
lo acomplejado que estaba por lo pequeñas que eran mis orejas, mis ojos, mis
manos,… Como me hacía pasar por un poco sordo, acercaban su rostro al mío para
hablarme; si bajaba la mirada, posaban mi cabeza en su pecho; como me veían
tímido, ellas mismas se desnudaban y me ayudaban a desnudarme.
Sí, ciertamente, los tiempos del
lobo ya pasaron. Ahora es el tiempo del perrito faldero que mueve el rabo sólo para
que le tiren un hueso.
Me gusta que creo que has logrado muchos niveles de lectura, cosa admirable y envidiable. Me quedo meditando sobre alguno de ellos.
ResponderEliminarGracias Cybr, espero que te sea de interés la reflexión.
EliminarAbrazos
Divertido. Ingeniosos.
ResponderEliminarParece que no crees mucho en los lobos feroces.
Todo es cuestión de fé.
Bonita historia.
Gracias Amapola. Hay de todo, como tú dices, es cuestión de fe.
EliminarAbrazos
Un micro que se hunde en el corazón de la verdad, Su y eso es lo que lo engrandece como pieza.
ResponderEliminarEstoy conovencido de que siempre es mejor la ternura que la fuerza.
Gran trabajo.
Un abrazo,
Muchas gracias Pedro, me alegra que te haya llegado.
EliminarAbrazos
Los lobos no son lo que era, pero la ternura siempre tiene la misma fuerza si se cuenta como tú la cuentas.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias CDG, desde luego que el corazón tiene más fuerza...
EliminarBesos
No confundas perro faldero con animal tierno,dulce,amoroso,tolerante, pacífico... no es lo mismo!
ResponderEliminarY si, los lobos menos lobos porque ya no cuelan ni gustan.
Besos de gofio.
Cierto Gloria, son diferentes...
EliminarBesos
Entre el lobo feroz y el perrito faldero acomplejado hay un término medio de buen compañero seguro de sí mismo que, si da con él, encontrará el camino a la felicidad.
ResponderEliminarUn abrazo
Sí, también existen, por suerte.
EliminarAbrazos