Hace muchos, muchos años, los habitantes del Planeta
vivieron una época muy dura que supuso el fin de sus días. A lo largo de su
existencia fueron construyendo un mundo a su antojo, donde eran ellos quienes
movían las piezas necesarias para obtener siempre los resultados que más les
beneficiaban. Se sabían…, se creían todopoderosos.
Se juntaron formando familias, se apoderaron de partes del Planeta,
generaron riquezas, se entusiasmaron con la idea de que cuanto más tenían, más
poderosos eran. Pero eran muchos seres los que pensaban igual y los que no
querían quedarse en el camino. E inventaron la trampa, la mentira, la estafa.
Con el tiempo, mientras unos eran cada vez más ricos y se
centraban únicamente en aumentar sus ganancias y no perder lo obtenido, otros
eran cada vez más pobres, y por lo único que luchaban era porque no les robaran
lo poco que les quedaba.
En esta batalla, de unos y de otros, fueron quedándose solos.
Se olvidaron de quienes tenían a su lado y abandonaron sus cuidados. Arrinconaron
el amor y mataron al Planeta.
Un sencillo retrato de la realidad actual, pero creeme si te digo que puede que el planeta nos aniquile primero a nosotros. La raza humana no aprende de sus errores.
ResponderEliminarBesos.
Es perturbador cuán predictivo puede llegar a ser este microrrelato, Su. Es su esquema de acción más que posible el que consigue desasosegar al lector. Desde el propio título -de tipo catafórico- y con una prosa clara y bien escogida, nos llevas a sentir que la situación puede volverse real en menos tiempo del que pensamos.
ResponderEliminarUn abrazo,
Ahora quiero una continuación. Una segunda parte en la que aparezcan los que se dan cuenta. Los que buscan el amor y cuidan el planeta. Porque también existen. Porque están ahí. Porque estás ahí.
ResponderEliminarSaludillos
Las guerras aunque sean de dinero son horribles. Con ellas perdemos todos.
ResponderEliminarDesolador.
ResponderEliminarMuy bien contado, Su.
Saludos.
Sí, es como una foto de nuestra casa La Tierra, solo espero que los que soñamos con otra realidad podamos cambiar esa historia.
ResponderEliminarBesitos
Como dice Puck, para estos cuentos Su, la continuación, no nos dejes con la tristeza y la esperanza perdida.
ResponderEliminarMuchas gracias... Esperemos que el amor, el respeto, la generosidad nunca se dejen arrinconar.
ResponderEliminarPuck, Eskimal, les invito a hacer también una segunda parte.
Abrazos
Esto me suena!
ResponderEliminarSe lee muy bien. Yo creo que sí sabían los que hacían, pero el problema era que no les importaba más que el presente, el yo. Es bueno hacer pensar sobre estos temas.
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