Ilustración de Joaquín Aragón Vega |
Le gustaba imaginar que podía parar el tiempo y que nada ocurría. Cada miércoles acudía a la Estación Central y se sentaba en un banco a observar a la gente pasar; hombres, mujeres, ancianos y niños, corrían a toda prisa por el andén en busca del tren con destino al país “De Nunca Jamás”. Él no les seguía, aunque lo deseara; el tiempo se le escapaba. En esos momentos, como venganza consigo mismo y disfrutando de cierto placer en el control, detenía el tiempo y el silencio lo consumía todo: no existían silbidos de partida ni el bullicio de las gentes. Los propósitos se congelaban en el aire. Así, cuando se sentía único protagonista, esbozaba una pequeña sonrisa. Ese día nunca llegarían a su destino.
Relato escrito para la II Megaquedada de microrrelatistas que fue a parar a las manos de Purificación Menaya.
Gracias a Joaquín pòr haber facilitado su ilustración.
Su, la pena de este micro tuneado es que no se apreciara en su momento, estábamos todos muy nerviosos con el tema de la lectura. Pero es magnifico.
ResponderEliminar¡Enhorabuena!
Uff... sí, en esos momentos estábamos todos a muchas cosas, yo tampoco sabía lo que leía.
EliminarAhora empiezo a saborearlos por todos lados.
Muchas gracias
Hay cosas de las que no se puede escapar.
ResponderEliminarMe gustó mucho la escena, me gustó mucho el destino que elige el narrador para los pasajeros.
Gracias Lucas. Ese destino no sé si alguien lo conocerá...
EliminarAbrazos
Nunca jamás ninguno llegará donde quiere. Buen juego argumental. Y me gustó mucho como te quedó escrito.
ResponderEliminarGracias Cybr. A ver si algún día tú si que llegas al destino de los encuentros, que ya tengo ganas de conocerte.
EliminarAbrazos
Como le dije a Pablo Gonz, no existo, soy un fantasma producto de vuestra imaginación. :-)
EliminarMe encantó que tú también pararas el tiempo en la microquedada. Es genial, Su.
ResponderEliminarBesotes
Ya sabes, somos expertas!
EliminarUn beso enorme para tí.
Regalo que recibiría encantada la afortunada, porque es un gran microrrelato donde lo individual y su tiempo sobrepasa al conjunto, aunque depende de él.
ResponderEliminarUn abrazo.
Todos los relatos han sido una maravilla. El tuyo espero que esté entre los próximos.
EliminarMuchas gracias, CDG.
Abrazos
Hola aprendiz !!!!! te acabo de conocer...lo de aprendiz de palabras me suena ..a blog que me podia gustar.... y el microrrelato y el dibujo , lo han confirmado, te felicito es verdaderamente bueno !!!!! encantada de conocerte, un saludo caroñoso de Begoña
ResponderEliminarBienvenida Abedul.
EliminarMe alegro que te guste, puedes pasar cuando quieras.
Un abrazo
Ese final me inquieta en su justa medida. No se le`puede pedir más.
ResponderEliminarPues si lo he conseguido, me doy por satisfecha.
EliminarUn abrazo fuerte
Es precioso, Su, ahora lo aprecio mejor. Allí con los nervios por leer y tanta gente era imposible.
ResponderEliminarBesitos
Gracias Elysa. Ahora se saborean todos mejor.
EliminarBesitos
Pues qué grandísima suerte para Purificación Menaya. La ilustración también me gusta mucho y las estaciones siempre son un lugar de la imaginación muy sugerente para las historias referidas al paso del tiempo.
ResponderEliminarun abrazo.
Si verdad? por qué será?
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Abrazos
Ojalá pudiéramos parar el tiempo de verdad, pero lo cierto es que el tiempo vuela en los momentos felices (como el sábado pasado).
ResponderEliminarAhora, con calma podemos apreciar en su justa medida todos los micros que se leyeron allí.
Éste es muy bueno.
Un abrazo, Su.
Sí MJ, con tiempo se ven las cosas de otra manera.
ResponderEliminarUn abrazo
Es una lástima que tu protagonista no ralentizada el tiempo el sábado, para dárnosla oportunidad de viajar a nuestros países de "nunca jamás". Ahora, sí tranquilo se puede disfrutar de tu micro y su inquietante protagonista. Purificación tuvo suerte en el intercambio. Y la ilustración muy apropiada.
ResponderEliminarMuchas gracias Ximens, mi protagonista hizo lo que pudo, jeje...
EliminarAbrazos