jueves, 6 de agosto de 2020

MIÉRCOLES


 

No sabían si se habría dado a lo largo de su existencia un momento en que sus vidas habrían estado más cerca. Lo cierto, es que aquel confinamiento repentino que los aisló a cada uno en su casa, les unió de forma misteriosa.
Él vivía anclado en el ayer, ella volaba mucho hacia el mañana. Los dos entre cuatro paredes, unidos por un instante de casualidad. A él los fantasmas del pasado le dificultaban valorar todo lo que podía tener entre sus manos, a ella se le desvanecían todos sus sueños bajo sus pies. Ambos entre cuatro paredes.
Y allí, cada uno en sus metros cuadrados, cada miércoles, fueron construyendo un presente que ampliaba el espacio que les rodeaba. Con ella, se dio cuenta de que mirar hacia atrás impedía que pudiera crear algo nuevo, con él, aprendió que temer su realidad era lo que muchas veces destruía sus sueños.
Puede que algún día, si el destino y ellos quieren, se encuentren, se miren, puedan disfrutar la presencia y agradecer que la vida les haya cruzado justo en ese momento. 
Porque la vida se compone de momentos y lo que decidamos hacer con ellos.

Para D.D.

1 comentario:

  1. Ciertos conciliábulos los disponen los azares del Tiempo o Sabidurías Deístas. En cualquier caso buena Esperanza es la que se trasluce tras tu lectura de esta situación existencial.
    ¡Salutem Pluriman!
    R e p o r t e r .

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