Victor brilla. Siempre. Aún cuando
hay días que no tiene un trozo de pan para echarse a la boca. Siempre. Y cuando
su hermana nunca regresó tras ir a por el sueño de mejorar la vida de su
familia. Siempre. También por las noches, tras escuchar a su padre llegar
borracho y las lágrimas de desesperación de su madre. Siempre. Incluso cuando
las llamas arrasaron con lo poco que tenían en aquel barrio de palafitas. Victor
brilla, siempre, porque sabe que si deja de hacerlo su mundo se destruye para
siempre.
Tan duro como hermoso.
ResponderEliminarSi. Precioso texto.
ResponderEliminarBesos, Su